La información común antes de un primer viaje a Macedonia del Norte

Evan Kingsley escribió el 24/9/2023. Última actualización: 20/6/2024
Iglesia macedonia a orillas del lago
Una antigua iglesia de ladrillo con vistas a las serenas aguas del lago Ohrid al atardecer, con las montañas del norte de Macedonia al fondo.

Pues abróchense los cinturones, amigos, porque Macedonia del Norte es un rompecabezas de maravillas irremplazables que está esperando a ser reconstruido. Escondida en el corazón de la península balcánica, esta joya de país emociona con sus tierras altas montañosas y sus radiantes lagos salpicados de una serenidad zafiro.

En cuanto sumerja los pies en este fascinante terreno, los elevados picos de los Alpes Dináricos le guiñarán un ojo, sus cimas nevadas a menudo besadas por el sol de la mañana. Pero no deje que los picos le roben el espectáculo, porque el verdadero rompecorazones es el seductor lago Ohrid, una resplandeciente lámina de azul que divide Macedonia del Norte de Albania. ¡Ah! Pura poesía, en mi opinión.

No olvidemos el legendario río Vardar, un hilo de vida de 350 kilómetros que añade brío al pulso del país. Con sus raíces en Vrutok, el Vardar rueda a través de Skopje, la vibrante capital, hasta los brazos del mar Egeo.

La topografía del país seducirá a los adictos a la adrenalina con los encantos verticales del monte Korab, que escala hasta unos impresionantes 2.764 metros. Ésta es, amigos míos, la montaña más alta del país, una meca para los escaladores que buscan una mezcla ganadora de emoción y espectáculo.

Por último, pero no por ello menos importante en este espectáculo geográfico, están las fértiles llanuras vinícolas que se extienden hacia Grecia prometiéndole una copa de sublime encanto. Con sus vides cargadas de antiguas historias, ¡digamos que Dioniso se sentiría sin duda como en casa!

Así pues, ¿qué no adorar de este intrincado tapiz? Impregnada de una complejidad seductora y presumiendo de una extensión de ensueño, Macedonia del Norte promete un festín geográfico seguro para saciar hasta el más exigente de los paladares viajeros. ¿No es algo de lo que escribir a casa?


Evan Kingsley

Evan Kingsley

Hola, soy Evan. Aunque me ha mordido una piraña, me he quedado tirado en el Sáhara cuando mi camello me abandonó, e incluso he pasado una noche en una cárcel de Bután por una fruta supuestamente robada (¡juro que no la cogí!), me sigue gustando tanto viajar que no creo que deje de hacerlo nunca. Con más de 130 países a mis espaldas, siempre estoy a la caza de la próxima aventura salvaje... ¡espero que con menos mordiscos, traiciones de camellos y malentendidos por la fruta!

Sigue en Twitter