Información turística sobre Portugal

Bienvenidos todos y cada uno a Portugal, un paisaje impregnado de historia y pintado de cultura. Suba a una máquina del tiempo que desentraña historias de la audaz Era de los Descubrimientos, susurradas a través de los adoquines de sus pintorescas ciudades, la grandeza de sus monumentos y el silencio de sus verdes viñedos.

Reluciente bajo el sol como una joya antigua, Portugal luce ciudades arquitectónicamente espléndidas que brillan con estilos variados. ¿Gótico? Conozca el grandioso Monasterio de Batalha. ¿Fan del Renacimiento? Salude al encantador Palacio de Queluz. ¿Le gusta el Barroco? La Iglesia de Clérigos en Oporto le hará palpitar el corazón. Y no nos olvidemos del lúdico estilo manuelino, netamente portugués, que se aprecia en la emblemática Torre de Belém, que representa una oda a los triunfos marineros de Portugal.

Pasemos ahora a la dramática historia geográfica de Portugal, una de profundos contrastes. Tiene las escarpadas costas acantiladas del Algarve, donde el océano Atlántico canta una canción de cuna a las arenas que hay debajo. En el interior, las cadenas montañosas alzan sus majestuosas cabezas, siendo la más alta la Serra da Estrela, que promete un aire fresco y refrescante salpicado del aroma de las rocas antiguas. Y serpenteando a través de estos diversos paisajes están los serenos ríos como el Duero, que baña los viñedos y nutre las fértiles llanuras.

En cuanto al clima, Portugal ofrece una generosa dosis de buen tiempo durante todo el año. La costa disfruta de un clima mediterráneo, con un sol suave que juega al cucú durante todo el año. En las montañas, hace más frío, con picos nevados que guiñan el ojo en invierno.

A medida que los rayos de sol rasguean los vívidos azulejos de su cultura en mosaico, Portugal se despliega como un libro abierto. Los ecos rítmicos del fado, la música tradicional del país repleta de dolor, flotan por las estrechas callejuelas. Procesiones y festividades jalonan el año, siendo la más animada el "Carnaval". ¿Y quién podría olvidar la devoción de Portugal por el fútbol? Es una obsesión nacional que llena los estadios y las esquinas de las cafeterías de feroces fanáticos.

Sumérjase en la cocina y discernirá los ingredientes de la rica historia de Portugal. Descubra la seducción de las sardinas en Lisboa, las cremosas maravillas de las tartas de natillas (Pastel de Nata) y el glotonamente divino bocadillo Francesinha en Oporto.

Así pues, agárrese su ansia de viajar, su curiosidad y su apetito: Portugal, con sus historias bien añejas, su tapiz cultural y su grandeza paisajística, le espera para darle la bienvenida con los brazos abiertos y un cálido Pastel de Nata.

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