La información común antes de un primer viaje a las Seychelles

¿Alguna vez se ha preguntado qué se siente al estar en medio de 115 pintorescas islas? Bienvenido a las Seychelles, un archipiélago que le ofrece la mejor lección de geografía que nunca pensó que disfrutaría.

Permítame que le pinte el cuadro. Las Seychelles sobresalen del azur del océano Índico, una salpicadura de verde en medio del azul, justo frente a la costa oriental africana. Sus maravillas geográficas abarcan desde las Islas Interiores - predominantemente graníticas, pesos pesados como Mahé, Praslin y La Digue - hasta una constelación de tentadores atolones coralinos e islotes de arrecife que conforman las Islas Exteriores.

¿Qué diferencia a las Seychelles? Bueno, en el guión de la historia geológica de la Tierra, las Seychelles desempeñan un papel estelar. Sus islas son los únicos granitos oceánicos del planeta. Pasee por las playas y verá colosales rocas de granito que no rodaron allí sin más: son los restos erosionados de montañas de la era cretácea.

El terreno de las Seychelles es un sueño hecho realidad tanto para los aventureros como para los amantes de la paz. Los bosques pluviales montañosos se enrollan en prístinas playas de arena blanca, mientras que los arrecifes de coral rodean las islas como anillos de bañera en el brillante océano. No podríamos olvidar el pico más alto, el Morne Seychellois, en Mahé, que invita a los excursionistas a conquistar sus amables 905 metros.

Y como guinda del pastel, ¡alégrense los observadores de aves! Las islas son un país de las maravillas aviares. ¿Ha visto alguna vez a un pájaro construir un nido en el suelo? Verá a la curruca de las Seychelles haciendo precisamente eso, junto a otras 12 especies de aves que no se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra.

Visitar las Seychelles es como adentrarse en un vibrante diorama, donde cada isla ofrece una nueva aventura. Dondequiera que deambule, los ecos de un mundo antiguo, el zumbido de la vida salvaje y el ritmo de las olas le recordarán que ha llegado a las Seychelles, la verdadera joya del océano Índico.