La información común antes de un primer viaje a Uganda

Evan Kingsley escribió el 24/9/2023. Última actualización: 20/6/2024

Empaque sus gafas de sol y átese las botas, pongamos rumbo a Uganda, una auténtica joya que descansa graciosamente en el corazón de África Oriental. ¿Lo oye? Es el caudaloso río Nilo saludando cálidamente mientras se embarca en un viaje a través de Sudán y Egipto.

Ahora, se preguntará: "¿Qué hace a Uganda tan distinta, aparte de ser el hogar de la fuente del río Nilo?". Bueno, amigos aventureros, Uganda no es simplemente un país normal y corriente. Es un espectáculo geográfico que rebosa positivamente de un caprichoso surtido de terrenos. Aquí, las vastas sabanas estallan en ondulantes colinas, salpican enormes lagos y luego trepan por asombrosas cordilleras.

¡Pero eso no es todo, amigos! Si se asoma por aquí, observará el lago Victoria, el segundo lago de agua dulce más grande del mundo. ¡Es la gigantesca piscina personal de Uganda! ¿Le apetece un paseo por el lado salvaje? Entonces seguro que le intriga el Bosque Impenetrable de Bwindi, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es aquí, entre frondosos matorrales y enredaderas venosas, donde la mitad de los gorilas de montaña del mundo disfrutan del escondite.

¡Alégrense los amantes de las alturas! Uganda presume de las legendarias montañas Rwenzori, también conocidas como las "Montañas de la Luna". Es una de las cadenas montañosas más altas de África, y está ahí al borde, esperando a que la escale.

Ah, y no puede perderse el Valle del Rift Albertino. Es un auténtico abismo que atraviesa como una puntada la parte occidental del país. Es un trozo de topografía deslumbrante que promete una estancia paisajística sin igual.

¿Ansioso ya? Uganda, amigos míos, es como una olla de oro geográfica al final del arco iris. Atrae y sorprende con sus diversos paisajes y espectáculos naturales. Perfecto para un explorador de corazón. ¿Listo para descubrirla usted mismo?


Evan Kingsley

Evan Kingsley

Hola, soy Evan. Aunque me ha mordido una piraña, me he quedado tirado en el Sáhara cuando mi camello me abandonó, e incluso he pasado una noche en una cárcel de Bután por una fruta supuestamente robada (¡juro que no la cogí!), me sigue gustando tanto viajar que no creo que deje de hacerlo nunca. Con más de 130 países a mis espaldas, siempre estoy a la caza de la próxima aventura salvaje... ¡espero que con menos mordiscos, traiciones de camellos y malentendidos por la fruta!

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