La información más común antes de un primer viaje a Soyo

Evan Kingsley escribió el 24/9/2023. Última actualización: 20/6/2024

¡Hola, aventureros! Abróchense los cinturones, porque hoy vamos a dar un rodeo virtual a uno de los destinos menos conocidos de África, pero absolutamente cautivador: Soyo, en Angola. ¡Es hora de profundizar y desenterrar algunos datos curiosos sobre este espléndido rinconcito del mundo!

Dónde está Soyo en el mapa

Litoral industrial de Soyo
Vista aérea del sector industrial de Soyo con grandes tanques de almacenamiento e infraestructuras de muelles que se adentran en el océano.

Acurrucada cómodamente en la desembocadura de la Rivera del Congo, encontrará Soyo encaramada en el extremo noroccidental de Angola. Se extiende a horcajadas sobre la impresionante confluencia del río Congo y el océano Atlántico, a un suspiro de la República Democrática del Congo. Para los aficionados a las coordenadas, está cómodamente situada a 6,1349° S, 12,3689° E.

Qué tamaño tiene Soyo

Ahora vamos a medir Soyo. No necesitamos exactamente la zancada de un gigante para atravesarlo. Soyo se extiende unos modestos 800 kilómetros cuadrados, o aproximadamente 309 millas cuadradas, en nuestro fiel mapa. En pocas palabras, es encantadoramente compacta pero rebosa de encantos a cada paso.

Cuántas personas viven en Soyo

Números, números. A continuación, contaremos cabezas. ¿Cuántas almas llenan este encantador puesto avanzado? En la última recopilación de datos, Soyo albergaba a unos 67.000 residentes. Es una comunidad muy unida, una vibrante mezcolanza de angoleños locales que acogen a los visitantes con brazos tan anchos como el propio río Congo.

Y ahí lo tiene. Estos rápidos datos sobre Soyo deberían abrirle el apetito por las joyas menos conocidas escondidas en los pliegues de nuestro vasto mundo. Permanezcan atentos, amigos trotamundos. ¡Tenemos muchas más aventuras virtuales en las que embarcarnos juntos!


Evan Kingsley

Evan Kingsley

Hola, soy Evan. Aunque me ha mordido una piraña, me he quedado tirado en el Sáhara cuando mi camello me abandonó, e incluso he pasado una noche en una cárcel de Bután por una fruta supuestamente robada (¡juro que no la cogí!), me sigue gustando tanto viajar que no creo que deje de hacerlo nunca. Con más de 130 países a mis espaldas, siempre estoy a la caza de la próxima aventura salvaje... ¡espero que con menos mordiscos, traiciones de camellos y malentendidos por la fruta!

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