Información de viaje sobre Lituania
Diga "Lituania" e inmediatamente le vendrán a la mente imágenes de fortalezas de cuento de hadas y vastos paisajes verdes. Pero, ¿sabe una cosa? Este diminuto país báltico es un tesoro de mucho más.
Viajemos en el tiempo, ¿le parece? La historia de Lituania es un caleidoscopio de épocas doradas, guerras encarnizadas y una cultura fascinante. La Edad Media fue especialmente memorable; piense en grandes duques y duquesas, luchas de poder, intrigas y el extenso Reino de Lituania. Dé rienda suelta al aficionado a la historia que lleva dentro en la Torre de Gediminas o en el Castillo de la Isla de Trakai, espléndidas reliquias arquitectónicas que parecen sacadas directamente de una novela de fantasía.
Pero no todo es pasado. Lituania es un tapiz vivo y palpitante de cultura y tradiciones vibrantes. ¿Ha probado alguna vez la cerveza de pan de centeno o la sopa fría de remolacha? Estos deliciosos manjares y muchos más esperan a sus papilas gustativas. Involúcrese con los lugareños durante el "Užgavėnės", un estrafalario festival previo a la Cuaresma en el que la gente se disfraza de brujas y diablos para ahuyentar el invierno. Y ninguna visita a Lituania está completa sin un encantador paseo por Curonian Spit, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde elegantes dunas de arena barridas por el viento besan suavemente el mar Báltico.
Los estilos arquitectónicos de Lituania abarcan toda la gama, desde las imponentes agujas góticas hasta el flamígero barroco, pasando por el robusto renacimiento y el intrincado rococó: cada uno de ellos es un testimonio del rico pasado del país y de su evolución estética. El casco antiguo de Vilna es un lienzo pintado con maravillas arquitectónicas, donde cada giro expone otra escena pintoresca.
En cuanto a accidentes geográficos, Lituania es un smorgasbord para los amantes de la naturaleza. Es testigo de llanuras, colinas onduladas, ríos serenos y lagos tranquilos. El país también reclama con orgullo cuatro estaciones, cada una dramáticamente distinta y exquisitamente bella. Los inviernos son paraísos blancos nevados, mientras que la llegada de la primavera transforma la campiña en un vibrante chapoteo de rosa, con los cerezos en flor estallando de vida. Los veranos están llenos de un sol glorioso que se burla de los dorados campos de trigo, y el otoño cubre el paisaje con una paleta de ensueño de rojos oxidados y naranjas quemados.
Entonces, ¿cree que un viaje a Lituania se reduce al impresionante encanto de los cascos antiguos y los castillos de cuento de hadas? Piénselo de nuevo, amigo mío. Lituania le da la bienvenida con un montón de cultura, historia y belleza natural intacta, todo ello envuelto en un clima impredecible de cuatro estaciones. Lleve poco equipaje, pero cargue con un espíritu aventurero: ¡Lituania es una deliciosa sorpresa que no querrá perderse!
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